En el paraíso que nos quieren vender y que se ubica en Escandinavia, donde según el sistema capitalista, no hay machismo, ni racismo ni nada parecido y todo el mundo vive en un gran confor, porque allí se ha conseguido al fin, domesticar al capitalismo, está explotando al fin, lo que se estaba fraguando desde hacía mucho tiempo y que todxs sabían y nadie supo frenar: el racismo y la sexonobia generada por esta asquerosa crisis económica... lo último ha sido el cierre de fronteras entre Suecia, Dinamarca y Alemania, el cuatro de enero de este año y lo fuerte es que dicen que lo hacen para controlar a lxs exiliadxs que superan la muerte en el Mar Egeo y el congelamiento ahora mismo en el Caucaso, tras escapar de las diferentes guerras de Asia o África y llegar a la próspera y rica Europa, aquella que ha generado todos sus males actuales.
De nuevo se demuestra que el capitalismo no se puede doblegar ni cambiar ni adornar, como pretenden en Escandinavia, si no que se tiene que aplastar y aniquilar. El auge de la extrema derecha en el Norte de Europa, nos demuestra que el capitalismo, no duda en apoyarse en esa ideología para mantenerse, una vez fracasadas las políticas socialdemócratas para tener a la clase obrera callada a base de incrementar un poco más el pan y circo...
Lo que está ocurriendo en la zona vikinga de Europa, nos tiene que hacer ver que la UE está hecha solo para incrementar los mercados de las diferentes burguesías nacionales, por lo que lo que tienen que hacer las diferentes clases obreras de Europa, es unirse, pedir la disolución de la UE y luchar por una verdadera unidad europea, que va claro está, en el plano geográfico, más allá del Mediterráneo y más allá del Bósboro.
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