jueves, 23 de enero de 2020


Desde hace tiempo, quería escribir este artículo, pero me frenaba el hecho
de que fuera demasiado friki como para que apareciera en una página
anticapitalista. Todo mi temor se desvaneció cuando me enteré que mis
compañeras inglesas, hicieron una charla sobre este tema, dentro de las
jornadas internacionales de International Socialist tendency, que se
realizan todos los años en Londres y que reúnen a compañerxs a lo largo
de todo el mundo. Ninguna temática escapa al análisis marxista.

Desde que tengo uso de razón, siempre me han interesado los comic o
tebeos. En especial, dos superhéroes norteamericanos, uno de la factoría
Marbel y el otro de DC. Spiderman (publicado por primera vez en 1962) y
Superman (publicado en 1933), son dos iconos que siempre nos han
acompañado. Creo que no hace falta relatar la historia de ninguno de los
dos, puesto que son archiconocidos, por eso voy a comentar solo, que el
segundo es un noble que viene a la tierra desde su planeta, que es
destruido y acogido por una familia sin hijos, criándose en el Medio
Oeste. El primero es el hijo de una pareja trabajadora, del barrio de
Queens y criado por sus tíos en el mismo barrio. Ambos superhéroes
estudian en institutos públicos y ambos ocultan sus identidades privadas.
Ambos también son el resultado del tiempo en el que fueron creados.
Superman es la respuesta de la crisis económica de 1929 que arrasa el
mundo y hace pensar al público, que la crisis económica y la subida del
fascismo, puede destruir la tierra, por lo que hay que volver a los ideales
familiares y en el medio ambiente, fuera de las grandes ciudades.
Superman, pese al cambio de siglo, no ha cambiado en nada su
personalidad. Solo ha cambiado su imagen, pero sigue siendo un modelo
conservador en todo su perfil.

Spiderman, es el resultado de la contracultura que se está viviendo en el
mundo en 1962, ya que es el primer personaje que se cría en una familia
de carácter nuevo para la época, en medio de un barrio obrero y en una
escuela pública en una gran ciudad. El hombre araña, como también se
conoce a este personaje, hasta el siglo XXI, no ha cambiado en nada. Para
mí, era un referente, porque yo como él, salvando las distancias, soy de un
barrio obrero, dentro de un pueblo dormitorio de una gran ciudad como
Sevilla. Peter Parker, el arter ego de Spiderman, no tiene los poderes
incorporados, sino que los tiene por un accidente en un laboratorio y
desde joven, tiene que salir adelante y aprender solo en un mundo
cambiante. Cosa que desde su salida a venta, siempre ha gustado a la
juventud de todo el mundo industrializado. El hombre araña es la imagen
de esa juventud que se ha criado a la sombra del mal llamado Primer
Mundo, donde la gran urbe, escupe a la juventud obrera, que no ve ni
futuro y trabajo fijo… Peter Parker es un fotógrafo sin contrato en el
periódico en el que trabaja, con lo que no puede ni independizarse de sus
tíos, que baja aun más económicamente cuando muere su tío. Pero pese a
ello, Spiderman es un joven que no necesita de maestros de mayor edad
para ser un superhéroe, porque se hace así mismo, dentro de un grupo de
ayudantes de su barrio, de diversas edades, que lo consideran un igual.
Aunque Spiderman, como el resto de superhéroes, sigue anclado en la
familia, su abuela es su punto débil, una mujer con edad, que es la
encargada de meterle en la cabeza, todos los mensajes conservadores
correspondientes.

Todo esto está muy bien hasta que en el siglo XXI, llega la gran crisis
económica de 2012 y por sorpresa, el personaje de Spiderman se
infantiliza y se le hace escudero de uno de los iconos conservadores de los
comic de Marbel. Iron Man, un personaje basado en la imagen de un gran
capitalista, que es superhéroe en base a su dinero, basado en la venta de
armas. Se arrepiente de vender armas a los malos, pero sigue
vendiéndoselas al ejército de los EEUU, que como todas sabemos es el
principal generador de guerra y uno de los más contaminates del planeta.
Iron Man, es el que enseña a este nuevo Spiderman, como tiene que ser y
a cambio le da todo el equipo para ser el nuevo superhéroe. Ya no es la
araña radiactiva la que le da los poderes, sino que estos se añaden gracias
al gran capital. Además, las nuevas publicaciones de Spiderman, le hacen
cambiar su historia y de ser huérfano de una pareja obrera, se le hace
descender de una pareja de científicos que trabajan para el gobierno.
En mi opinión, ver la evolución del hombre araña, desde que nació en los
años 60, hasta hoy en día, nos demuestra cómo van cambiando los
cánones del capitalismo, para llegar a la clase obrera y ofrecerle el anzuelo
y que esta siga creyendo que aunque cambien las circunstancias en cada
periodo histórico, todo sigua igual.

Yo seguiré leyendo los comic de Marbel, porque es otra forma de analizar
de una forma marxista, la evolución del mensaje capitalista. Y cuando
triunfe la revolución, seguiremos leyendo los comic de Marvel o DC, pero
reflejando la nueva sociedad que creemos.