lunes, 4 de mayo de 2015

Proclama del Día de las Madres, 1870

 
 
He visto este gran grito de unidad feminista y me ha gustado mucho, porque rompe las asquerosas fronteras que desde arriba nos quieren imponer, rompe además la idea de la guerra es la extensión de la política. Pero si tengo que poner algún pero, es que pretende unir a todas las mujeres sin importar su condición social y eso si que es imposible.
 
Pero claro, en ningún noticiero, va a salir esta proclama que viene del siglo dieciocho, porque no conviene recordar que el movimiento asociativo de la mujer, viene desde muy antiguo y lo hace porque desde que se inventó la propiedad privada, las mujeres pasaron a un segundo plano... tenemos que volver a poner a la mujer, en el lugar donde se merece, que es en el mismo plano que los hombres.
 
 
¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: ‘No permitiremos que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia’. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país, como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos. Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice ‘¡Desarma! ¡Desarma!’ La espada del asesinato no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión.
 
Julia Ward, Proclama del Día de las Madres, 1870

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